Primera noche
Marta Hernández Conde, Madrid
Guadalupe Romero Garnica, Jaén
Tras meses de espera y entusiasmo, llegó el gran día:
empezamos la Ruta Quetzal BBVA 2003. Los nuevos expedicionarios fuimos
llegando poco a poco a partir de las cuatro de la tarde. Todos estábamos
nerviosos y perdidos. Además, nuestros padres, entre lágrimas
y consejos, aumentaban esta sensación. Comenzamos a conocernos
mientras montábamos las tiendas de campaña, bajo un sol
de justicia. Una vez montada la tienda, fuimos a por el material, que
se nos fue entregado a "modo de mili", haciendo filas y recibiendo
"ánimos".
Ahora sí que llegó el momento de despedirse de los
padres y hermanos a los que no veremos en 45 días. Aprovechamos
este último encuentro para darles el material que no cabía
en la mochila. Mientras seguían llegando ruteros, algunos nos
fuímos a la piscina para tomar nuestro primer baño juntos
y empezar a conocernos. Otros, en cambio, hablamos con antiguos expedicionarios,
los cuales nos dieron consejos,¡que esperamos nos sean útiles!.
Sobre las nueve de la noche, nos preparamos para ir a cenar. Era
el momento más esperado por algunos, y sólo estamos
el primer día. Después de la cena, conocimos una nueva
manera de limpiar platos ¡a manguerazos! Un poco agotados, los
monitores nos reunieron para presentarse y darnos las normas: no pudimos
ir a dormir hasta que no dejamos todo tal y como lo habíamos
encontrado.
Después de la limpieza nos fuimos a descansar, o al menos
a intentarlo. Extendimos las esterillas, que se volvían a enrrollar.
Y con un calor espantoso y temor de que los antiguos expedicionarios
nos hicieran alguna novatada (menos mal que se portaron bien) conseguimos
dormir un par de horas, hasta que el frío de la mañana
nos despertó.
A las 8, las ruteras de años anteriores cantaron una canción
con la que pretendían levantarnos: "...Buenos días,
tía María..." Y, a la vez, otro nos ponía
los dientes largos con un desayuno, que resultó ser totalmente
distinto al real, aunque igual de apetecible. Así fue la primera
noche y así comenzó el segundo día como ruteros.
