Crónica temática

En un lugar de La Mancha
Carlos Lancha (Toledo)


Carlos.

Ahora que estoy tranquilo aquí en Capileira, un pueblecito precioso de las Alpujarras, y como soy castellano manchego, se me viene al recuerdo lo bien que lo pasamos en las tierras del Quijote hace unos días. Se me ocurre combinar pequeños textos de la obra de Cervantes con lo que a nosotros también nos ha pasado por allí en esta aventura sin límites.

1. "En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que... " ....
Que pasaron unos jóvenes de los de mochila al hombro, paso ligero y mirada al frente. Fueron a parar a Toledo, crisol de culturas y unión de razas, donde una infinita paleta de ocres bajo la suave luz del atardecer dibujaban una imperial silueta. Y, mientras caía la noche, vieron sus ojos y degustaron sus paladares lo que el rico Camacho les ofreció.

2. "Lo primero que se le ofreció a la vista de Sancho fue, espetado en un asador un entero novillo y seis ollas que alrededor de la hoguera estaban.. Y así embebían y encerraban en sí carneros enteros..." . Tras perderse en los reinos de Morfeo, recorrieron las empedradas calles que aún guardaban en sí recuerdos que el ayer dejó. Admiraron los vestigios de el saber de antaño, plasmado en colosales obras que el tiempo no pudo derribar: la gloriosa catedral, el alto Alcázar y los puentes que flanquean a ambos lados de l ciudad sobre el río Tajo.

3. "La del alba sería cuando Don Quijote salió tan contento, tan gallardo, tan alborozado..." ... Pero apenados y melancólicos de esta Tolai-Tola que tan amablemente les hubo de recibir y marcharon hacia Consuegra, ciudad pequeña pero bella, cuyo castillo, en el que el tiempo parece no haber hecho mella, al igual que en sus molinos, resplandecían sobre la colina alzándose grandiosos sobre la llanura manchega.

4. "Porque ves allí, donde se descubren desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas... Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento..." Eran molinos, en efecto, tal y como describieron tan valientes chicos donde, gracias a la fuerza del viento que hacía girar las aspas, se molía el grano para convertirlo en harina.

5. Después de pasar una fermosa noche bajo las brillantes estrellas, guías de los viajeros, marcharon a Puerto Lápice a visitar la Venta donde Don Alonso Quijano se armó caballero andante y deshacedor de entuertos. Allí saborearon manjares dignos del más grande emperador, tales como la cabeza de cordero, y siguieron su camino.

Llegaron a Almagro, donde había de finalizar su aventura por tierras manchegas. Visitaron el Corral de las Comedias, donde el teatro alegró sus corazones y los dio ánimos para seguir adelante. Un refrescante baño, que alivió sus cansados pies, puso fin a tan glorioso viaje; y, de nuevo, con la mochila al hombro, paso ligero y mirada al frente abandonaron La Mancha para adentrarse en los misterios del Al-Andalus, aproximándose inevitablemente al final de su aventura, de su viaje, de su Ruta.

Hoy, aquí en tierras Alpujarreñas, entrego este recuerdo que brota de nuevo en mi, señal evidente que la Ruta es ya un todo que une tiempos y espacios pasados y presentes.

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