Crónica del 22 de julio

Bolas de nieve al aire
Raymond Nazzar (Puerto Rico)
Yannick Beauregard (Canadá)


Raymond y Yannick.

Nos sentimos realizados. Temprano, en la mañana, despertamos de forma jocosa, al ver a todos los expedicionarios dormidos como momias, dentro de sus sacos. Nos vimos impresionados por la belleza y la naturaleza, que se parecía mucho a la película del Señor de los Anillos, con hermosas cascadas, flores diminutas, pero preciosas y la cordillera que nos rodeaba era como un cuento de hadas.

Cercano al pico, yo, Raymond, le contaba al canadiense Yannick la emoción que sentí al ver nieve por primera vez. Nos acercamos al nevero, bajé corriendo hacia ella y tiré bolas de nieve hacia el aire, con una sonrisa de oreja a oreja. Ese es uno de los momentos que nunca olvidaré.

Mientras llegábamos a nuestro objetivo, el viento soplaba con gran intensidad; pero finalmente mostramos orgullosamente nuestras banderas sobre el pico más alto de la península ibérica. Tomamos fotos como evidencia de nuestro logro. Y, mientras descansábamos, una cosa notamos: cuando te unes con la naturaleza, las cosas simples, como un bocadillo de jamón serrano que compartes, parecen grandiosas en la situación.

Tras una jornada larga y agotante, bajamos con gran sentido de realización en nuestros corazones.

Volver