Los pueblos perdidos de las Alpujarras
Romina Granda (Perú)
Sofía Bowen (Chile)
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Romina y Sofía.
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Ya de regreso del Mulhacén, no del todo recuperados, nos tocó
la aventura de conocer los pueblos alpujarreños. Con una caminata
de 5 kms recorrimos tres pueblos de la zona: Pampaneira, Capileira
y Bubión en el Barranco del Poqueira.
Todos particularmente bellos, aquellas casitas blancas mirando hacia
el valle de verde vegetación y con maceteros llenos de flores
colgando de las ventanas nos da la sensación de un cálido
recibimiento, donde las montañas con tranquilidad y hospitalidad
nos acogen. Estos mágicos pueblos perdidos de varias lomas
y espectaculares paisajes nos trasladan a otra época, fuera
de España.
Aproximadamente a las 9:30 presenciamos un hermanamiento entre dos
pueblos : Barranco de Poqueira-España y Chincheros-Perú.
La idea es el compartir el cultivo de la papa copo de nieve
que se trabaja en las tierras de Sierra Nevada y que vino de Perú
hace muchísimos años. La papa se cosecha necesariamente
en estas tierras ya que el clima seco de estos pueblos españoles
favorece la producción de las papas peruanas.
Luego de la entrega de la placa de reconocimiento y de las palabras
de los alcaldes de estos pueblos, los 5 expedicionarios de Perú,
en un acto simbólico, plantaron junto a las autoridades de
Sierra Nevada una papa para finalizar la ceremonia.
Antes de volver al campamento para almorzar, caminamos hacia los
pueblos y conocimos las plazas centrales y sus callejones. Fue bastante
duro, debido a la sequedad, calor y el relieve de estas tierras. El
almuerzo, para nuestra suerte, no fue comida del Ejército Español,
si no una deliciosa comida recién cocinada, que disfrutamos
mucho. Y, como recompensa a la dura caminata de la mañana,
tuvimos un buen tiempo para dormir, asearnos y comer un poco.
Por la tarde volvimos al pueblo de Capileira y vimos un vídeo
del Parque Nacional de Sierra Nevada, que nos hizo comprender lo importante
que son las montañas como reserva de agua y como habitat de
varias especies en peligro. Luego, en otro video, nos mostraron los
carteles de los ruteros del año pasado, dirigido por el profesor
Julián Santamaría.
Para nuestro agrado, tuvimos noche libre en el pueblo y aprovechamos
para comer algo, comprar regalos y para envolvernos nuevamente del
encanto de estos pueblos de la sierra. Este día fue especial,
diferente a los demás, ya que no estábamos en una ciudad
o subiendo una montaña sino en un pueblo alejado del mundo,
perdido.
