Crónica del 21 de julio

Culminación del Mulhacén
Myriam Gil Tomás (Alicante)


Myriam.

3.478 metros. Esa es la altura del Mulhacén, pico más alto de la península que hoy, 21 de julio de 2003, doscientos expedicionarios de la Ruta Queztal BBVA hemos culminado con la compañía de la Ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo.

Tras una fría noche en la que hemos vivaqueado en la Olla de la Mora, a una altura de 2.475 metros, hemos comenzado la ascensión a las 8:00 de la mañana, sin desayunar, y con un viento continúo y frío que nos ha obligado a ascender con los forros polares y ropa de abrigo. Mochilas a la espalda, hemos partido siguiendo el orden de grupos establecido ayer: primero subían las tortugas, con Daniel, Jesús y Paty, marcando paso, y Dany con Ángel cerrando grupo. Después, a una distancia considerable, ascendían las cebras, acompañadas por Miguel, Rafa, Irene, Bea y Jose. Y, finalmente, ascendían los linces con los monitores David, Pak, Miguel, marcando paso, y Gaizka cerrando la expedición.

Estos grupos se formaron el día anterior, según el ritmo que llevaría cada uno. De este modo, las “tortugas” hemos sido los primeros en ascender, a un ritmo más lento; las “cebras” han comenzado más tarde a un ritmo superior; y los “linces” han sido los últimos en subir caminando a un ritmo todavía más rápido. Sin embargo, pronto hemos ido todos al ritmo marcado por tortugas porque se debía mantener el orden de marcha, sin adelantar a ningún grupo; por lo que tortugas ha sido el único grupo que no ha descansado durante el ascenso.

El recorrido hasta Siete Lagunas, donde hemos desayunado a 2.675 metros, ha sido suave, a excepción del último tramo en el que hemos tenido que ascender por una ladera con mucha pendiente y cuyo terreno era piedra pizarra suelta, de diferentes tamaños, que no te permitían pisar firme. Allí hemos tomado la ración del desayuno de la Armada Española que consistía en cacao en polvo, leche condensada, galletas, chocolate, cereales y complementos vitamínicos.

Ha sido en este momento cuando he intercambiado algunas palabras con la Ministra de Educación, Pilar del Castillo. Me ha comentado que le ha gustado el desayuno militar y que tenía ganas de ascender, aunque reconocía que nosotros teníamos más fuerza y resistencia que ella. Aparentaba algo cansada aunque quería compartir opiniones con nosotros. La Ministra, acompañada por guardaespaldas, montañeros, dos componentes de la Guardia Civil de Montaña y algunas autoridades, ha sido la primera en coronar el tramo final de ascenso que duraría dos horas. Cinco expedicionarios, entre ellos yo, hemos subido en el mismo grupo.

La subida no ha sido difícil y la mayoría de nosotros la hemos comparado con el Pico Duarte que subimos en Santo Domingo. Esta subida ha sido fácil y diferente. Fácil porque era todo ascenso y la mayoría de las veces, exceptuando las dos laderas con gran pendiente, hemos subido haciendo eses por sendas. Diferente, porque el terreno era pedregoso y árido y no existía vegetación alguna; pero, a pesar de la monotonía que te produce ascender viendo únicamente piedras a tu alrededor, las vistas eran más bonitas a mayor altura. El clima nos ha acompañado porque estaba nublado y el viento frío evitaba que pasásemos calor a pesar del continuo caminar.

La culminación se ha producido tras recorrer las cimas de los picos cercanos hasta llegar al Mulhacén con un fuerte viento que nos impedía avanzar hasta nuestro objetivo. Eran las 11:15 cuando Juan Achutegui, Grupo 14, y Myriam Martínez, Grupo 3, han subido juntos y, a poca distancia, Myriam Gil del Grupo 5.

Las vistas desde allí eran magníficas. Se podían observar todas las montañas cercanas cubiertas por una espesa bruma y con restos de nieve en algunas de sus laderas. Entre ellas, los profundos valles sin fin. Allí había un pequeño relicario que indicaba que eso era la cumbre del Mulhacén y un poco más abajo unos refugios hechos con piedras superpuestas. En estos momentos todos hacíamos fotos para conservar la esencia del momento y la emoción que sentíamos, aunque todos somos conscientes que nunca lo olvidaremos.

Mi opinión general es muy positiva porque no me ha supuesto un gran esfuerzo culminar el Mulhacén. Tenía una pequeña espina de no haber culminado el Duarte. Y, al igual que yo, muchas expedicionarias compartían este sentimiento. Me encuentro muy feliz y con ánimos para seguir adelante y afrontar el tramo final de la expedición.

Creo que el hecho de que la Ministra Pilar del Castillo nos haya acompañado durante la ascensión es muy positivo para la expedición Ruta Quetzal BBVA porque demuestra que tiene un gran interés su Ministerio para intensificar las relaciones con toda esta nuestra aventura.

A mis padres Eduardo y María Gracia, a mi hermana Laura, gracias por todo su apoyo.

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