Tras los pasos del Quijote
Laura Pérez (Bilbao)
Rebeca Sánchez (Madrid)
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Laura y Rebeca
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¡Menudo despertar! Después de haber pasado una fabulosa
noche durmiendo en vivaque bajo las estrellas en el castillo de Consuegra,
nos despertaron sin el habitual canto mañanero de Luna para
ver el amanecer manchego, rodeados de los Molinos del Quijote.
Para el que no lo sepa, dormir en vivaque consiste en dormir al aire
libre, con un frío que pela, utilizando únicamente el
saco y la esterilla, lo que significa que el olor a tigre en el autobús
era insoportable, debido a que no tuvimos la ocasión ni de
cambiarnos de ropa ni de ducharnos.
Nada más despertarnos, recogimos nuestras "pesadas maletas
de viaje" y nos dirigimos al autobús donde aprovechamos
para echar una cabezadita durante una hora hasta llegar a Puerto Lápice.
¡Pobres vecinos del pueblo! A tempranas horas de la mañana,
trescientos cincuenta jóvenes ruteros nos paseamos por las
calles del pueblo, acompañados por su banda y la nuestra y
cantando el himno de la Ruta. Si hubiésemos sido nosotras las
del pueblo, quizás no hubiésemos sido tan amables. Allí
nos recibió el Alcalde de Puerto Lápice y nos esperaba
un exquisito desayuno. A pesar de que sigue siendo el mismo desde
hace cinco días, nos sabe a gloria, en comparación con
la yuca famosa de la República Dominicana.
En la Venta del Quijote fue investido Caballero de la Cofradía
de Don Quijote nuestro jefe Miguel Quadra-Salcedo en una ceremonia
donde el gran maestre le dijo estas palabras, entregándole
el libro: "Bienvenido, señor cofrade, a nuestra hermandad;
yantad y bebed en nuestra compañía, hablemos de quijotescas
aventuras. Tomad este libro, leedlo y meditadlo que es nuestro evangelio,
y que Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero y le dé
ventura en lides". Acto seguido le impusieron las insignias,
le entregaron la espada y Miguel, ya investido caballero brindó
por todos los pequeños quetzales.
Y después... ¡Devuelta al autobús! Otra horita
hacia Almagro, que evidentemente aprovechamos para seguir ganando
fuerzas. Llegamos a las once, ya nos habíamos despertado tres
veces, pero ahora nos esperaban las emociones fuertes. Primero visitamos
el Corral de Comedias, donde nos dieron una conferencia sobre este
tipo de lugares y lo que se representaba en ellas. Lógicamente
todas aprovechamos esta magnífica y extensa conferencia para
ampliar nuestra culturilla general y recuperar fuerzas de nuevo.
A continuación, nos dirigimos a paso ligero, aprovechando
hasta las sombras de nuestros compañeros para no pasar calor,
hacia el Teatro Principal donde asistimos a otra conferencia sobre
Almagro. Acabada la visita a la ciudad, nos encaminamos hacia un parque,
donde preparamos la mochila grande con la que tenemos que realizar
el ascenso al Mulhacen, el pico más alto de la península
ibérica. En el idioma rutero, esto significa que arréglate
con lo menos posible para cargar esta mochila unas ocho horas.
Durante la preparación del equipaje de mano, nuestra monitora
nos explicó los grupos que se harán para la subida:
"tortugas", que irán lentas, pero seguras; en medio
saldrán las "cebras" que irán al trote por
las laderas de monte y, por último, están "liebres"
y "linces" que andarán lo mismo, pero en menos tiempo.
Merece la pena este último esfuerzo antes de embarcar en el
buque de la Armada Española, con el que culminaremos nuestra
aventura "Rumbo a la Montañas del Parayso".
Para finalizar la mañana, nos dirigimos al caterin por grupos
que nos esperaba con unas suculentas alubias y pollo asado con patatas.
De postre y para no engordar una dietética manzana verde.
Un besazo enorme para mis padres y amigos, que intento llamarles
y nunca están (Laura).
Recuerdos a mis dos hermanos exruteros y gracias por sus consejos.
Besos a papis, abuelas y tía (Rebeca).
