Gente Americana, gente española
Alejandra Aguado (Bilbao)
Irene Marín (Barcelona)
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Alejandra e Irene.
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Ahora que ya andamos por tierras de España y vemos asomar
a las puertas y ventanas de las casas a diversos personajes que constituyen
las familias, se nos viene al recuerdo de cómo eran los rostros
de las mamás, papás y niños de las tierras americanas.
Atrás quedan paisajes, caminos, montes, lluvias, momentos,
pero sobre todo personas. Personas con costumbres que nos han marcado
nuestro paso por los países de República Dominicana
y Puerto Rico.
Nos hemos traído el recuerdo de familias enteras reunidas
en las puertas de sus casas, dispuestas a dedicarnos sus mejores sonrisas
y bienvenidas, recuerdos de niños descalzos corriendo tras
nosotros para saludarnos; recuerdos de gente ilusionada al ofrecernos
todo lo que tenían, al compartir lo que más necesitaban
con nosotros: su comida, su agua y, si hubiesen podido, mucho más.
Su generosidad, en medio de la más absoluta pobreza, era una
muestra de la grandeza del corazón humano. Este fue el mensaje
más importante que aprendimos, al menos, en algunos de los
pueblos o rincones de la República Dominicana.
Cuando el 4 de julio llegamos a Puerto Rico, nos encontramos con
una calurosa bienvenida por parte del pueblo puertorriqueño:
Mayagüez, Ponce, Adjuntas... Todos nos esperaban con entusiasmo.
Nos encontrábamos en nuevo país, dispuestos a aprender
todo lo posible sobre él. Desde el primer momento nos pudimos
dar cuenta de las diferencias con la República Dominicana.
Adentrábamos en un país con mejor situación económica,
lo que hace que muchas cosas cambien. Así todo, las personas
no cambian. Recibimos el mismo apoyo, hospitalidad y cariño
de todos ellos.
Desde el primer día en Puerto Rico todos quedamos sorprendidos
del respeto que nos tenían sus gentes por el mero hecho de
ser Ruteros y fue aún mayor nuestra sorpresa cuando nos dimos
cuenta de lo importante que era para ellos el tenernos en su casa.
Ahora entramos en la última etapa de esta aventura. Caminamos
por tierras familiares para nosotros, pero extrañas para nuestros
amigos americanos. Esperamos que esto les guste tanto como a nosotros
sus islas y sus gentes.
