Crónica del 14 de julio

Concierto bajo el sol de Segovia
Víctor Casanova (Huesca)
Álvaro Borbolla (Madrid)


Víctor y Álvaro.

El día 13 de julio constituyó el primer despertar de nuestros compañeros americanos en España. Esperaban encontrar al salir de la tienda la fina arena de la Playa de Luquillo, pero se toparon con la húmeda hierba que nace en la ribera del Eresma, a los pies del imponente Alcázar.

Un nuevo día comienza para la Ruta Quetzal BBVA cuando el sol logra abrirse paso tras el Monasterio de Santa María del Parral. Iniciamos la actividad académica con diferentes talleres. A nuestro grupo, el super-grupo 16, le tocó realizar esgrima y voleibol. El taller de esgrima, impartido por el maestro Martin Kronlund, se hace todavía más interesante debido a su gran experiencia en este arte, que se intensifica al ser un taller totalmente práctico. Después, comienza el voleibol, dirigido por el monitor David que nos enseña los toques básicos para practicar ese deporte.

Por su parte, los músicos de la Ruta Quetzal BBVA que tocan algún instrumento este año y otros que nos acompañan de anteriores ediciones, tuvimos taller con nuestra profesora Alicia Lázaro, practicando, sobre diferentes obras, tanto de cuerda como de viento para preparar el concierto en la Plaza Mayor de Segovia.

Finalizados nuestros talleres, un poco antes del mediodía, cargamos nuestras mochilas para llegar al lugar del concierto. Fue un paseo por las callejuelas más encantadoras de Segovia, bajo un calor castellano que nos acompañó durante toda la mañana. Tras una pequeña espera, en la que Salva el titiritero y Jaime el trompista del aula de música, dieron un pregón por las calles cercanas, comenzó el concierto.

El concierto se situaba dentro del festival de música joven de la Fundación Don Juan de Borbón y constaba de tres partes: en la primera, los instrumentos de viento, flautas, clarinetes, trompa, saxofones y fagotes, junto con la percusión, en la glorieta central de la Plaza Mayor. Interpretamos obras como el “Propiñan de Melhor” del cancionero de la Colombina, la “danza de Hachas”, “Calypso” y la impresionante banda sonora de “La Misión”. Aprovechó esta última obra Miguel Quadra-Salcedo para comentar que había 3 expedicionarios en la Ruta que venían de la antigua Misión jesuita de San Ignacio de Moxos en Bolivia. Allí han aprendido a hacer violines comerciales con madera de la selva, que son vendidos a un precio elevado, gracias al cual vive la comunidad.

En la segunda parte del concierto, los protagonistas fueron los instrumentos de cuerda que, bajo los arcos del Ayuntamiento segoviano, tocaron el “Canon de Pachelbel” y unas “Folías” que le dieron a la mañana un matiz diferente. La última parte consistió en pequeños grupos de cámara o solistas repartidos por la plaza que la tiñeron de un mosaico de colores y le dieron un brillo especial, llenando de encanto algunos rincones.

Diversos compañeros tocaron sus propias composiciones o las de otros autores como Bach o Haendel. Destacó el “reagge” de nuestro amigacho Álvaro Laguna, titulado “Al abordaje” y que, con una formación un tanto atípica de guitarra, fagot, percusión, cosechó un gran éxito.

Al final del concierto, y como músicos ambulantes que somos, pasamos “la gorra” y el dinero que recogimos será empleado en San Ignacio de Moxos para que continúe la creación de nuevos violines por la comunidad de nuestros amigos bolivianos.

Este concierto ha sido la continuación de otros realizados en los lugares más increíbles, como en las ruinas del Monasterio de San Francisco, bajo un manto de estrellas en Santo Domingo o en la cueva más grande de las cavernas de Camuy, apenas sin luz y rodeados de estalactitas y estalagmitas en Puerto Rico. Esta vez, en la Plaza Mayor de Segovia, una de las ciudades medievales más importantes de España y con un telón de fondo histórico: la Catedral en la que hace muchos siglos sonó alguna de las obras que tocamos este día y permanecerá por siempre entre las grietas de sus piedras.

Un saludo para Huesca y San Sebastián de los Reyes.

Volver