Concierto bajo el sol de Segovia
Víctor Casanova (Huesca)
Álvaro Borbolla (Madrid)
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Víctor y Álvaro.
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El día 13 de julio constituyó el primer despertar de
nuestros compañeros americanos en España. Esperaban
encontrar al salir de la tienda la fina arena de la Playa de Luquillo,
pero se toparon con la húmeda hierba que nace en la ribera
del Eresma, a los pies del imponente Alcázar.
Un nuevo día comienza para la Ruta Quetzal BBVA cuando el
sol logra abrirse paso tras el Monasterio de Santa María del
Parral. Iniciamos la actividad académica con diferentes talleres.
A nuestro grupo, el super-grupo 16, le tocó realizar esgrima
y voleibol. El taller de esgrima, impartido por el maestro Martin
Kronlund, se hace todavía más interesante debido a su
gran experiencia en este arte, que se intensifica al ser un taller
totalmente práctico. Después, comienza el voleibol,
dirigido por el monitor David que nos enseña los toques básicos
para practicar ese deporte.
Por su parte, los músicos de la Ruta Quetzal BBVA que tocan
algún instrumento este año y otros que nos acompañan
de anteriores ediciones, tuvimos taller con nuestra profesora Alicia
Lázaro, practicando, sobre diferentes obras, tanto de cuerda
como de viento para preparar el concierto en la Plaza Mayor de Segovia.
Finalizados nuestros talleres, un poco antes del mediodía,
cargamos nuestras mochilas para llegar al lugar del concierto. Fue
un paseo por las callejuelas más encantadoras de Segovia, bajo
un calor castellano que nos acompañó durante toda la
mañana. Tras una pequeña espera, en la que Salva el
titiritero y Jaime el trompista del aula de música, dieron
un pregón por las calles cercanas, comenzó el concierto.
El concierto se situaba dentro del festival de música joven
de la Fundación Don Juan de Borbón y constaba de tres
partes: en la primera, los instrumentos de viento, flautas, clarinetes,
trompa, saxofones y fagotes, junto con la percusión, en la
glorieta central de la Plaza Mayor. Interpretamos obras como el Propiñan
de Melhor del cancionero de la Colombina, la danza de
Hachas, Calypso y la impresionante banda sonora
de La Misión. Aprovechó esta última
obra Miguel Quadra-Salcedo para comentar que había 3 expedicionarios
en la Ruta que venían de la antigua Misión jesuita de
San Ignacio de Moxos en Bolivia. Allí han aprendido a hacer
violines comerciales con madera de la selva, que son vendidos a un
precio elevado, gracias al cual vive la comunidad.
En la segunda parte del concierto, los protagonistas fueron los instrumentos
de cuerda que, bajo los arcos del Ayuntamiento segoviano, tocaron
el Canon de Pachelbel y unas Folías
que le dieron a la mañana un matiz diferente. La última
parte consistió en pequeños grupos de cámara
o solistas repartidos por la plaza que la tiñeron de un mosaico
de colores y le dieron un brillo especial, llenando de encanto algunos
rincones.
Diversos compañeros tocaron sus propias composiciones o las
de otros autores como Bach o Haendel. Destacó el reagge
de nuestro amigacho Álvaro Laguna, titulado Al abordaje
y que, con una formación un tanto atípica de guitarra,
fagot, percusión, cosechó un gran éxito.
Al final del concierto, y como músicos ambulantes que somos,
pasamos la gorra y el dinero que recogimos será
empleado en San Ignacio de Moxos para que continúe la creación
de nuevos violines por la comunidad de nuestros amigos bolivianos.
Este concierto ha sido la continuación de otros realizados
en los lugares más increíbles, como en las ruinas del
Monasterio de San Francisco, bajo un manto de estrellas en Santo Domingo
o en la cueva más grande de las cavernas de Camuy, apenas sin
luz y rodeados de estalactitas y estalagmitas en Puerto Rico. Esta
vez, en la Plaza Mayor de Segovia, una de las ciudades medievales
más importantes de España y con un telón de fondo
histórico: la Catedral en la que hace muchos siglos sonó
alguna de las obras que tocamos este día y permanecerá
por siempre entre las grietas de sus piedras.
Un saludo para Huesca y San Sebastián de los Reyes.
