Crónica del día 7 de julio

La playa de Luquillo
Pedro Enríquez (Ciudad Real)
Ignacio Álvarez (A Coruña)


Pedro y Nacho.

Después de la visita a las cuevas del río Camuy, destacamos su belleza y su parque natural.

LLegó el momento más esperado, la comida. El menú fue, para no variar, un trocito de pollo con escasas patatas. Raro, faltaba el arroz.

Un corto espacio de tiempo sirvió para cerrar por un instante los ojos, cansados por las pocas horas de sueño; pero a la vez alegres, dada la importancia de las circunstancias en la que nos encontrábamos. Después volvimos a los carros para llegar, de una vez por todas y, después de 3 horas y media de viaje, a Luquillo, la esperada playa paradisíaca. Allí instalamos el campamento, cuyas tiendas estaban situadas en primera línea de playa.

Cenamos e inmediatamente nos dirigimos a las orillas del mar donde nos esperaba una hoguera. Los expedicionarios más atrevidos se bañaron de noche en las cálidas aguas caribeñas.

Este es el resúmen de la tarde del día de San Fermín en la Ruta Quetzal BBVA, un día en el que hemos seguido conociendo a nueva gente y hemos seguido pasándolo genial, aunque sigue persistiendo en nosotros el recuerdo de lo que hace unos 15 días dejamos atrás y nadie pueda negar que se empieza a echar de menos a la gente a la que más quieres y sobre todo familiares; pero queda poco y todos tenemos en mente aprovechar esto que resta ya en España. Nunca habríamos pensado al comienzo del viaje que llegaría un día como hoy en el que a nadie le importaría que esta experiencia se alargase un poco, aunque sin extenderse mucho más.

Aprovechamos para enviar un saludo y confirmar nuestro bienestar desde aquí.

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