La playa de Luquillo
Pedro Enríquez (Ciudad Real)
Ignacio Álvarez (A Coruña)
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Pedro y Nacho.
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Después de la visita a las cuevas del río Camuy, destacamos
su belleza y su parque natural.
LLegó el momento más esperado, la comida. El menú
fue, para no variar, un trocito de pollo con escasas patatas. Raro,
faltaba el arroz.
Un corto espacio de tiempo sirvió para cerrar por un instante
los ojos, cansados por las pocas horas de sueño; pero a la
vez alegres, dada la importancia de las circunstancias en la que nos
encontrábamos. Después volvimos a los carros para llegar,
de una vez por todas y, después de 3 horas y media de viaje,
a Luquillo, la esperada playa paradisíaca. Allí instalamos
el campamento, cuyas tiendas estaban situadas en primera línea
de playa.
Cenamos e inmediatamente nos dirigimos a las orillas del mar donde
nos esperaba una hoguera. Los expedicionarios más atrevidos
se bañaron de noche en las cálidas aguas caribeñas.
Este es el resúmen de la tarde del día de San Fermín
en la Ruta Quetzal BBVA, un día en el que hemos seguido conociendo
a nueva gente y hemos seguido pasándolo genial, aunque sigue
persistiendo en nosotros el recuerdo de lo que hace unos 15 días
dejamos atrás y nadie pueda negar que se empieza a echar de
menos a la gente a la que más quieres y sobre todo familiares;
pero queda poco y todos tenemos en mente aprovechar esto que resta
ya en España. Nunca habríamos pensado al comienzo del
viaje que llegaría un día como hoy en el que a nadie
le importaría que esta experiencia se alargase un poco, aunque
sin extenderse mucho más.
Aprovechamos para enviar un saludo y confirmar nuestro bienestar
desde aquí.
