El final de la Ruta se acerca
Delia Domínguez (Cuba)
Grethel Hazmina Medina (Nicaragua)
Cuando nuestros corazones laten fuertemente con tristeza, nos ha llegado
la hora de escribir nuestra crónica, un día donde la melancolía
se ve en los ojos de los ruteros, un momento inmortal que nunca olvidaremos.
En este día fresco, pero a la vez agitado, todos los ruteros
nos preparamos para salir rumbo al Monasterio de Montserrat, experiencia
que se suma a las que tantas hemos vivido durante estos 39 y últimos
días. Montserrat, es la cuarta montaña del Paraíso
y es considerado un parque natural, que consta de 1.000 especies herbáceas.
Iniciamos la caminata aproximadamente a las 11,00 de la mañana.
Fue muy intensa, pero emocionante. Nosotras, en particular, sentimos
que no íbamos a lograr llegar al final; pero sucedió
lo contrario. Nosotras mismas con jugarretas y boberías nos
dimos ánimo logrando así llegar al punto culminante:
"El Monasterio de Montserrat". Aunque cueste trabajo creerlo,
fuimos unas de las primeras en llegar, junto a Jesús Luna.
Al entrar en el Monasterio nos quedamos sorprendidos. Era bellísimo.
Se escuchaban cantos religiosos, al parecer en lengua catalana. Tomó
después la palabra Miguel Quadra-Salcedo y explicó el
porqué de la Ruta Quetzal BBVA . Un expedicionario dominicano
y otro catalán hicieron entrega de la tierra que traíamos
desde la Isabela, lugar donde se celebró la primera misa en
América el 65 de enero de 1494, oficiada entonces por el fraile
Boil, de ese Santuario.
Lamentablemente algunos ruteros iberoamericanos, Chile, Paraguay
y Brasil, deben regresar a sus países. Por tal hecho se aprovechó
el Monasterio para entregarles sus diplomas, en los cuales se reconoce
su participación en este grandioso programa donde se combina
aventura y educación.
A la 1:10 nos subimos a los autobuses para salir hacia Boadilla del
Monte. En esta Ruta Quetzal / muchos amigos hicimos / experiencias
hemos unido / hasta llegar al final / Nunca podremos olvidar / los
lugares recorridos / las dificultades compartidas / hasta llegar a
Montserrat / Por eso, compañero mío / ¡Qué
viva la Ruta Quetzal.
